Lago de Tissamaharama

Tras una semana por el interior del país, pusimos rumbo al sur, a conocer las grandes playas de este apasionante país.

El trayecto entre Ella y Tissamaharama (Tissa para los amigos), se puede hacer en bus local pero Freddy jr había pasado una mala noche con vómitos y pirrilera, así que decidimos simplificar y reducir el agotamiento de los traslados en bus (muy lentos). Para ello, negociamos con el propietario del hostel en Ella para que nos llevase hasta Tissa. Un par de horas de coche, donde incluimos una parada en las cataratas Rawana Ella Falls, y un número abundante de animales cruzando la carretera como monos, iguanas y serpientes.

Uno de los muchos puestos callejeros y de carretera que te puedes encontrar en Sri Lanka.

Esta vez, por exigencias del guión (Freddy pachucho) tuvimos que gastar más de lo previsto, pues un viaje en bus local no llegaba a los 10 euros los cuatro, y el coche privado fueron 40 pavos. Más que un gasto, fue una inversión en salud y sosiego.

Tissa es una localidad al suroeste de Sri Lanka cuyo principal atractivo es ser una de las localidades más cercanas al Parque Nacional de Yala, nuestro próximo objetivo.

El centro de Tissa está ocupado por un gran lago del mismo nombre, por donde puedes pasear y contemplar una gran variedad de aves, enormes árboles frondosos y la vida pesquera que emana a su alrededor. Muy recomendable, sobre todo al atardecer, o bien tempranito.

Pesca en el lago de Tissamaharama.

Embarcación tradicional.

Parque Nacional de Yala

La visita a los parques nacionales es de rigor hacerlas antes de que amanezca, para estar allí cuando la vida animal empieza a desperezarse y ponerse en pie para afrontar el nuevo día. ¡¡A ver si cae algún turista con buena chicha de desayuno 😉!! (esto es lo que debe pensar el leopardo, estrella indiscutible del parque).

Observando aves desde el jeep.

Nos levantamos a las 4,15 para dirigirnos en Jeep hasta el parque que se encuentra a unos 45 minutos del centro de Thissa. A las 06,00 abren las puertas y comienzan a entrar los jeeps cargados con 6 personas cada uno.  Amanece lentamente y comenzamos a ver un sinfín de animales que nos dejan con la boca abierta, tanto a grandes como pequeños: una familia de jabalís, un elegante elefante dormido aún, grandes aves zancudas y una familia de ciervos que se dirigen al cole a aprender mates y literatura. Jajajajaja que envidia que nos dan. Un momento complicado cuando un elefante, que a nosotros nos pareció un mamut por su tamaño, se acerca a un metro del Jeep y el chófer empieza a hacer extraños sonidos que lo alejan prudentemente.

Impresionante el tamaño de este macho de Elefante.

Susana y yo nos acordamos de La Vida es Bella, de Benini, y ponemos cara de póker y sonrisitas para que los peques no se asusten de primeras y se quieran volver al hotel. Ufffff. Vemos al rato, una mamá elefanta que se dirige en compañía de su hija a refrescarse al lago.

Madre e hija rumbo al baño matinal.

Pero a mitad de camino, ven a un macho grandote y cambian de idea. No se fían, parece ser. Yala es mucho más que animales salvajes, es un entorno de película, como estar dentro de un documental de La 2, con unos paisajes absolutamente fascinantes que nos transportan a Memorias de África, pero en Asia, claro. El lago te ofrece la posibilidad de observar en distancia media-larga, y disfrutar viendo a las aves caminar con sus patas zancudas a la caza del pescadito o bicho que se convierta en segundos en parte de su desayuno.

¿Ves la montaña del fondo? dicen que parece un elefante caminando hacia el este.

Lago en el Parque Nacional de Yala

Cigüeñas rosadas, colibrís, águilas, cocodrilos, búfalos de agua, mangostas y después de varias horas, aparece la estrella EL LEOPARDO. No se deja ver de cerca, pero lo vemos subido en la rama de un enorme árbol, haciendo la digestión de lo devorado durante la noche. El zoom de la cámara nos permite obtener alguna instantánea, porque a los ojos queda realmente lejos. Sabor agridulce. Agrio por no verlo más de cerca, dulce de saber que se respeta su hábitat y su zona de confort. Continuamos la visita por el parque, esta vez con los gallos rojos, los pavos reales desplegando sus esplendorosas y amplias colas, lagartos, iguanas y paisajes de ensueño. Hacemos esfuerzos por fijar en la retina este regalo de la naturaleza. Que no se nos olvide nunca.

Pavo real. Parque Nacional de Yala.

Flamenco. Parque nacional de Yala

Pajarillo sin identificar (sorry). Parque Nacional de Yala.

Búfalos de agua. Parque Nacional de Yala.

A las 11,00 de la mañana nos acercamos a la playa para tomar el almuerzo disfrutando de las vistas sobre el Océano Índico. Tras el breve avituallamiento continuamos el safari, con una gran familia de monos que menean los árboles como si varearan la aceituna. Nos quedamos un buen rato prendados de sus monerías, de sus miradas curiosas y de sus tareas de desparasitación jajajajaja.

Cocodrilo. Parque Nacional de Yala.

Mangosta. Parque Nacional de Yala.

Después de 8 horas desde que nos levantamos, finaliza nuestra excursión con una gran satisfacción y una experiencia única que nadie nos va a quitar y que bien vale los 103 euros que nos costó (dos adultos + dos niños). Yala mola muuuuuuuuchoooooooo!!!!!

Espectaculares paisajes en el parque nacional de Yala.

Después del madrugón, una siestita imprescindible para volver a ser personas, ya que no estamos muy acostumbrados a estos madrugones. ¡¡Por suerte!!

Nos vamos a dormir con dos ideas: el interior de Sri Lanka nos ha encantado por muchas razones, pero con la convicción de que las playas del sur están esperándonos para darnos más días de gozo y perreo 😉

 

Alojamiento en Tissa

Elegimos el Thissa Resort, que nada tiene que ver con nuestro concepto de resort, sino más bien como un hotel correcto, con habitaciones limpias y trato correcto. No se puede pedir más por 15€/noche habitación cuádruple, desayuno incluido. En la misma recepción contratamos el safari a Yala National Park. Recomendable.

Comer en Tissa

En el día y medio que pasamos en Tissa no tuvimos mucho tiempo de conocer los locales de la zona, pero nos gustó mucho el Restaurante Orchidea, cerca del hotel Thissa Resort. Variedad de comida local y occidental, donde pudimos comer o cenar los 4 por unos 15 euros.

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