Vang Vieng

Dejamos Luang Prabang y ponemos rumbo a nuestro próximo destino: Vang Vieng, una pequeña localidad de camino hacia la capital de Laos, hacia el sur. Tras 5 horas de minivan, realmente incómodas por el trajín de los baches y las curvas, compensadas por el maravilloso y salvaje paisaje, llegamos a Vang Vieng.

Paisajes durante la ruta Luang Prabang a Vang Vieng

El río Nam Xong (nam significa río en laosiano) atraviesa el pueblo y es el epicentro sobre el que orbita la vida en este pequeño paraíso. Vang Vieng se hizo muy famoso hace varias décadas por ser un destino de turistas mochileros en busca de aventuras fluviales como el TUBING (descenso por la corriente del río en grandes neumáticos) pero se fue degradando hasta convertirse en un destino de drogas, alcohol y desvaríe en grado máximo. Raro era el mes en el que no moría algún turista alcoholizado, ahogado en el río o en peleas callejeras. Las autoridades tomaron cartas en el asunto y desde hace 10 años el ambiente se ha vuelto a normalizar.

Nuestra estancia fue muy agradable, tanto que decidimos alargar los días previstos (bueno, eso nos ha pasado en muchas ocasiones jajajajaja). Habíamos reservado 3 noches en un pequeño hotel-boutique y tras pasar esos días encontramos una guesthouse que nos encantó, al otro lado del río y nos trasladamos para otras 3 noches más… ¡¡¡y a mitad de precio!!!

Hoy día es un pueblo tranquilo, aunque marcado por la presencia de turistas, muy alegre y divertida la vida junto al río, con los peques nadando y jugando en sus aguas, y cómodo para la vida del viajero, pues dispone de todas las facilidades: bares, restaurantes, cajeros, correos, y muchos alojamientos de precios variados, aptos para todos los bolsillos.

Las crecidas del río en la estación húmeda son tan severas que todos los años tienen que reconstruir el puente de bambú que separa ambas orillas. Existe otro puente más grande y poderoso, por donde pasan los vehículos que, según parece, resiste las embestidas del agua, pero no conocemos su antigüedad 😉. En Laos, aunque poco explotado turísticamente, empiezan a conocer los trucos para sacar los cuartos a los turistas y cruzar este puente nos cuesta 2 euros. Optamos por cruzarlo siempre a pie por el de bambú que era gratuito.

Otra cosa que nos encanta de Laos, y en general de todo el sudeste asiático, son los zumos y batidos de frutas que puedes encontrar en cualquier sitio y a muy buen precio, tanto como merienda o como tentempié durante las excursiones o paseos. Refrescante, reconstituyente, sano, (más el zumo que el batido jejejeje) y barato.

Muchos turistas alquilan los neumáticos (tubing) para dejarse llevar por la corriente del río hasta el pueblo, saliendo varios kms hacia arriba, pero nosotros, que somos ahorradores y algo espabilados, usábamos los del Smile Beach Bar, gratis para los clientes. Basta con elegir bien el lugar del rio, para dejarte llevar por la corriente hasta el pueblo. No te preocupes por las culebras, son inofensivas y aunque uses el flotador, también tienen el culo a su merced jajajajaja.

Tubing prestado en el Smile beach bar

Anécdota. En Vang Vieng hay muchos locales como bares, guesthouses, etc y en la mayoría están constantemente emitiendo capítulos de la serie americana Friends. Es muy curioso ver a los guiris sentados o tumbados con sus cervezas mirando la serie y echando unas risas. Nunca supimos la razón de tanta devoción por una de los cientos de series de comedia americanas.

Friends a todas horas…

Anécdota 2: un día paseando por la orilla del río, nos encontramos con una familia de gansos, mamá y crías. Al pasar a su lado, alguna razón tuvo la mami para abrir sus alas, alzar el cuello y dirigirse hacia los freddys (las chicas venían más atrás) y tuvimos que salir corriendo para no ser embestidos o algo más jajajajaja.

Esta era la amigable familia que vino a por nosotros.

Anécdota 3: el servicio postal de Laos es realmente caro. Una postal a España vale lo equivalente a un menú del día.

Visitas en Vang Vieng:

Alquilar bicicletas y recorrer el pueblo y los alrededores. Una experiencia gratísima, ya que además de moverte a tu bola, tendrás la oportunidad de pararte y charlar con la gente, siempre simpática y con ganas de compartir un rato con los occidentales. 1,5€/día.

Blue Lagoon. A 8 km de distancia (nosotros lo hicimos en bici y lo recomendamos totalmente porque el paseo es una maravilla de la naturaleza) está este precioso lugar donde se dan cita tantos locales como viajeros para darse un baño en este lago-río (parece más un río que una laguna, la verdad) y pasar un día estupendo. Además de nadar te puedes zambullir en el agua desde las ramas de los árboles circundantes o desde las lianas, los más intrépidos.

El lugar está equipado con las típicas plataformas de bambú con tejado de paja para poder descansar, jugar a las cartas o comer. Hay varios lugares donde te preparan la comida, que consiste en pollo, pescado o algo de verdura. El precio de la entrada al Blue Lagoon es: adultos 1€, niños gratis.

Pha Ngeun. Se trata de un pequeño pico (de origen kárstico) que se eleva a 460 m. sobre la llanura, desde el cual podrás disfrutar de unas preciosas vistas. Se encuentra a medio camino entre Vang Vieng y Blue Lagoon. La subida, aunque corta, es muy dura por el desnivel durante todo el recorrido. Cuando llegamos arriba después del esfuerzo nos quedamos flipados al ver a una chica con su puestito de bebidas y snacks. ¿cómo suben eso hasta ahí??? Pensamos que había truco, pero no, sólo hay una vía de ascenso. Fuimos conscientes de lo flojeras que somos.

Alojarse en Vang Vieng:

Maylin Guesthouse, 13€/noche, al otro lado del río. Es un sitio bastante recomendable tanto por el precio como por la situación y calidad. Tienen bungalows con balcón con vistas a las montañas. Sitio muy tranquilo.

Vistas desde la terraza de nuestra habitación en el Mayllin GH

Vang Vieng Boutique: 25€/noche desayuno incluido. Se trata de un hotelito junto a la carretera principal. Correcto. Buen desayuno.

Comer en Vang Vieng:

Decenas y decenas de lugares destinados al “comercio” y al “bebercio” en Vang Vieng, entre los cuales destacamos:

Smile Beach Bar: un lugar ideal junto al río donde puedes tirarte a la bartola en sus hamacas colgantes, tomar algo fresco, comer o cenar, y darte un baño. Perfecto, esa es la palabra que mejor lo define. Precios aceptables, por ejemplo comida para 4, con cerveza: 16€.

Vistas al río desde el Smile Beach Bar

Descansando en el Smile beach bar después del baño.

Son típicos de esta zona los restaurantes flotantes en la orilla del río. Son locales con suelos de bambú sobre el cauce del río, donde puedes comer, cenar, o simplemente tomar algo, meter los pies y/o tirarte directamente para darte un baño. Genial la idea.

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